Después de seis meses surcados por muchos desafíos -de los cuales el mayor fue la pandemia de Covid-19-, Ledesma terminó su cosecha anual de caña de azúcar. La que acaba de terminar fue una de las zafras más difíciles en la historia de Ledesma. A la ola de coronavirus que azotó con fuerza a Jujuy, sobre todo durante julio y agosto, se sumaron los incendios forestales a partir de septiembre, que afectaron varias fincas de caña de azúcar. Finalmente, la zafra tuvo una extensión de 183 días, solo tres más que la del 2019. Este logro fue posible gracias al esfuerzo y compromiso de los trabajadores y toda la comunidad de Ledesma, que acompaña con respeto a quienes perdieron familiares y amigos durante estos meses tan complejos.
La producción de azúcar física fue de 342.000 toneladas, 5% superior a la de 2019. Si bien la molienda total de caña fue un 3% inferior a la de 2019, la gran noticia de 2020 en términos agronómicos fue el rendimiento, es decir, el volumen de azúcar obtenida a partir de una tonelada de caña, que fue un 9% superior al de 2019. El motivo principal fue un otoño más seco, que hizo que la caña madurara mejor. De cara al año próximo, la primavera presenta muy pocas lluvias y eso genera una expectativa más conservadora.
Ledesma molió alrededor de 3.600.000 toneladas de caña de azúcar, de las cuales casi 3.000.000 fueron toneladas propias, y 611.000 provinieron de cañeros independientes. Este último grupo es importante porque genera una actividad productiva que excede a Ledesma y se traslada a toda la provincia de Jujuy, dado el movimiento de productores y proveedores.
La producción estimada de alcohol es de 80 millones de litros. Ledesma decidió reconvertir una parte del bioetanol que había producido para destinarla a alcohol farmacéutico, de modo de colaborar en el abastecimiento de insumos sanitarios a la población. Así, la producción de alcohol quedó en 15 millones de litros, y la de bioetanol en 65 millones.
Durante esta zafra también cobró mayor relevancia la producción de hipoclorito que se utiliza como insumo en la producción de lavandina. Este año, Ledesma aumentó esa producción un 10% para responder a las necesidades que planteaba la pandemia de Covid-19. La empresa donó 2.200 litros de hipoclorito, que equivalen a 6.600 litros de lavandina.
En cuanto al papel embalado, Ledesma estima producir 96.500 toneladas. Durante la zafra, la planta de papel estuvo cerrada por más de 40 días debido a las medidas preventivas del Covid-19, pero en la reapertura creó dos nuevas líneas de productos para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado: pulpa de caña de azúcar blanqueada y pulpa natural sin blanquear. Además, en solo 40 días desarrolló una segunda línea de papeles para embalaje blanco y marrón, que pueden ser utilizados en fabricación de cajas de distintas características, bolsas de papel y otros usos.