El proyecto de Superliga europea se desmorona: a la renuncia de los clubes ingleses, se sumó la del Atlético de Madrid y la de los tres equipos italianos, precipitando al fracaso a esta competición disidente que apenas sobrevivió 48 horas, propiciando que recuperara el aliento un fútbol europeo que debe «reconstruir» su unidad.
En un giro de situación tan espectacular como el anuncio, en la madrugada del lunes, de la creación de un torneo privado casi cerrado, ideado por una docena de los clubes más poderosos de Europa para ganar más dinero y suplantar a la tradicional Liga de Campeones, solo dos (Real Madrid y Barcelona) de los 12 clubes implicados permanecen oficialmente en el proyecto apenas dos días después de anunciarse.
Tras la renuncia de los seis clubes ingleses a la Superliga europea, el Atlético anunció también su retirada y después lo hicieron Inter, AC Milan y Juventus, cuyo presidente, Andrea Agnelli, era el gran valedor del proyecto junto al presidente del Real Madrid Florentino Pérez.
Juventus y AC Milan no renunciaban formalmente en sus comunicados, pero utilizaron fórmulas en las que daban claramente un paso atrás. El club ‘bianconero’ sufrió las consecuencias del fisco al perder un 13,70 de su valor en la Bolsa de Milán.
La UEFA celebró la decisión de los clubes ingleses y dio la bienvenida a los arrepentidos.
«Lo importante ahora es ir hacia adelante, reconstruir la unidad que tenía este deporte antes y avanzar juntos», dijo en un comunicado.
El patrón de la UEFA, que el martes había dejado abierta la puerta a los disidentes por si querían dar marcha atrás, repitió que es «admirable reconocer un error y esos equipos cometieron un gran error».
Una mano tendida hacia los ricos clubes disidentes, cuya visión mercantil del fútbol chocó contra la oposición de aficionados, gobiernos, instancias y algunas de las estrellas del balón redondo.
Tras la renuncia de los equipos ingleses, los promotores de la Superliga publicaron un comunicado, en mitad de la noche europea que parecía apuntar a una pausa en sus planes al hablar de «reconsiderar las etapas más apropiadas para remodelar el proyecto».
El primer ministro británico, Boris Johnson, se había mostrado en contra de la Superliga europea desde el primer momento y celebró este miércoles la decisión de los seis clubes ingleses.
«Celebro el anuncio de anoche. Es la solución correcta para los aficionados y los clubes (…) Debemos continuar protegiendo este deporte nacional que tanto apreciamos», tuiteó el líder del gobierno británico.