Complementariamente, el segundo factor, se debió a algunas mejoras en el contexto de negocios, como la baja del costo financiero, la desaceleración del ritmo de devaluación de la moneda local y la posibilidad de recuperar parcialmente algunos aumentos de costos en virtud de la flexibilización de la política de precios máximos para algunos productos de mayor valor agregado que comercializa Molinos.
Sin embargo, Molinos destacó que “la sostenibilidad de los resultados alcanzados continúa amenazada, principalmente por dos aspectos. Primero, la persistente caída del consumo de alimentos que durante el primer trimestre registró una baja de 12,6% comparado con el año anterior, según la consultora especializada Kantar; y segundo, los precios de venta atrasados respecto a los costos y la inflación general”.
El comunicado incluyó un cuadro para mostrar que, en base a datos del INDEC, los precios pagados por el consumidor local en las categorías más importantes en las que participa Molinos tuvieron un aumento muy por debajo de los costos y de la inflación general desde que comenzó la pandemia.
Según ese cuadro, contra una inflación nivel general de 42,6%, la yerba mate subió 40,1%; la harina común 3,9%; fideos guiseros 13%; arroz blanco 16,2% y el aceite de girasol 34,4%.