El Departamento de Justicia de EE.UU. interrogó a un antiguo ejecutivo de Google sobre los acuerdos multimillonarios con operadores de telefonía móvil y otras empresas que ayudaron a convertirle en el motor de búsqueda por defecto, en el segundo día del juicio antimonopolio que lleva adelante.
Chris Barton, que trabajó en Google de 2004 a 2011, dijo que la empresa no tardó en ver la ventaja de que la gente usara su motor de búsqueda en dispositivos portátiles y en las primeras versiones de los teléfonos inteligentes, lo que estimuló un crecimiento espectacular en el número de ejecutivos que trabajaban en acuerdos para obtener el estatus de predeterminado con los operadores de telefonía móvil.
El Gobierno argumenta que la influencia de Google en las búsquedas ayudó a esta empresa de un billón de dólares a crear monopolios en algunos aspectos de la publicidad de búsquedas en línea. Como las búsquedas son gratuitas, Google gana dinero con la publicidad.
El Gobierno afirma que la unidad de Alphabet Inc pagó u$s10.000 millones anuales a empresas de telefonía móvil como AT&T, fabricantes de dispositivos como Apple y fabricantes de navegadores como Mozilla para defenderse de sus rivales y mantener la cuota de mercado de su motor de búsqueda en torno al 90%.
Barton declaró que, al negociar los acuerdos de reparto de ingresos con las operadoras de telefonía móvil y los fabricantes de móviles Android, Google presionó para que su motor de búsqueda fuera el predeterminado y el exclusivo. Según indicó, si el predeterminado en un dispositivo Android fuera Bing, de Microsoft, entonces los usuarios tendrían «dificultades para encontrar o cambiar a Google».
Barton dijo en su perfil de LinkedIn que era responsable de liderar las asociaciones de Google con operadores de telefonía móvil como Verizon y AT&T, estimando que los acuerdos «generan cientos de millones en ingresos».
El abogado de Google, John Schmidtlein, dijo en los alegatos iniciales del martes que el Gobierno se equivoca al afirmar que Google infringe la ley para conservar su enorme cuota de mercado, señalando que su motor de búsqueda es muy popular por su calidad y que los pagos son una compensación justa para los socios.
La pugna tiene importantes implicaciones para las grandes tecnológicas, que han sido acusadas de comprar o estrangular a pequeños rivales, pero se han defendido señalando que sus servicios son gratuitos, como en el caso de Google, o baratos, como en el de Amazon.com.