La decisión forma parte de un plan de recorte de gastos y se suma a la cancelación de los vuelos directos a La Habana, Cuba.
El último fin de semana Aerolíneas Argentinas dio fin a una época, cuando cerró el ciclo de vuelos entre Buenos Aires y Nueva York. Con el aterrizaje del último vuelo AR 1301 proveniente del Aeropuerto Internacional JFK, la compañía estatal se despidió de la ruta que fue operada por más de 11 años ininterrumpidos.
Para Aerolíneas Argentinas, Nueva York no es un destino más. Se trata de uno de sus viajes tradicionales incluso desde los comienzos de la compañía a mediados de la década de 1950.
En el último tiempo, los vuelos hacia la “Gran Manzana” eran operados por los aviones de fuselaje ancho de Aerolíneas Argentinas, Airbus A330-200, capaces de llevar más de 250 pasajeros. Se trataba de una de las rutas de mayor demanda de la compañía, siendo uno de los destinos predilectos en los Estados Unidos.
Sin embargo, la rentabilidad de los viajes quedó bajo la lupa de la nueva administración de la empresa, que llegó para practicar un fuerte recorte del déficit como parte de la política de Gobierno Nacional. La ruta Buenos Aires – Nueva York será operada casi en exclusividad por empresas estadounidenses.
La complejidad en la rentabilidad de la ruta hacia Nueva York no sería un problema de demanda, sino de disposición de recursos. Al tratarse de viajes de larga distancia, Aerolíneas Argentinas tenía que disponer de los escasos A330-200 para cubrir esa ruta en desmedro de otras más demandadas, también en el rango de la larga distancia.
En los últimos años, la empresa estatal fortaleció su flota pero, principalmente, con aviones regionales como el Boeing 737 MAX 8, que sirve para vuelos de alcance medio y cabotaje interno. Actualmente, la empresa cuenta con una flota de 84 aviones, de los cuales apenas 10 son de largo alcance.