Vaca Muerta se ha consolidado como uno de los pilares del desarrollo energético argentino. Su potencial excede la magnitud del recurso: representa una plataforma para generar divisas, empleo e inversión productiva, con impacto directo en la balanza comercial y la matriz exportadora. Pero convertir esa promesa en realidad demanda algo más que extracción. Requiere eficiencia, tecnología e infraestructura preparada para acompañar el crecimiento.

Los datos lo confirman: en el primer cuatrimestre de 2025, las exportaciones de petróleo aumentaron un 42 %, impulsadas por el rendimiento de Vaca Muerta. La Cuenca Neuquina aportó más del 78 % del total, con un promedio de 192.000 barriles por día. Este dinamismo compensó incluso la baja en los precios internacionales, generando ingresos por US$2.159 millones. En un contexto de necesidad de divisas, esta evolución subraya la importancia de contar con un sistema energético sólido, eficiente y escalable.

En ese camino, la electrificación y la automatización se posicionan como herramientas clave. Incorporar soluciones eléctricas modernas no solo acompaña la transición hacia una matriz más sustentable, sino que representa una decisión estratégica para aumentar la competitividad, reducir costos y maximizar la disponibilidad de los activos. En entornos exigentes como el shale argentino, estos factores son determinantes.

Con más de 100 años de presencia en Argentina, ABB implementa soluciones integradas de electrificación, automatización y digitalización para responder a los desafíos de la industria energética. En Vaca Muerta, esto se traduce en tecnologías concretas: plataformas inteligentes para el diseño eléctrico, celdas de media tensión digitales y tableros preparados para operar en condiciones extremas.

Esta experiencia se apoya en una red global de innovación aplicada y en el conocimiento local adquirido a lo largo de décadas de trabajo conjunto con los principales actores del sector. ABB acompaña el crecimiento de Vaca Muerta con equipos técnicos especializados, presencia territorial y una visión integral que combina asesoramiento, ingeniería y mantenimiento. El objetivo es claro: garantizar operaciones energéticamente eficientes, seguras y escalables, capaces de sostener el ritmo que exige el desarrollo del recurso.

Además, ABB promueve la adopción de soluciones que anticipan los desafíos de la industria: monitoreo remoto, mantenimiento predictivo, integración con sistemas SCADA y uso de inteligencia artificial aplicada al análisis de datos operativos. Estas herramientas permiten mejorar la toma de decisiones, evitar paradas imprevistas y aumentar el rendimiento general de las instalaciones.

La compañía también impulsa una agenda de sostenibilidad alineada con las necesidades del sector energético. Desde el diseño de sistemas de distribución eficientes hasta la provisión de tecnologías que minimizan pérdidas y emisiones, ABB acompaña la transición hacia una matriz más limpia sin comprometer productividad ni confiabilidad. Esto resulta clave en un escenario que exige responsabilidad ambiental y resultados concretos.

A medida que crece la actividad, también lo hacen las exigencias técnicas. La infraestructura eléctrica debe acompañar ese dinamismo con robustez y confiabilidad. La incorporación de sistemas digitales combinados con electrificación adaptada permite avanzar hacia una operación ágil, segura y eficiente.

La electrificación, entendida como un vector de productividad, es una herramienta para transformar recursos en resultados. En un contexto donde el país necesita ampliar su capacidad exportadora, cada avance en eficiencia energética tiene impacto económico y social.

ABB reafirma su compromiso con el desarrollo energético de la Argentina. Apostar por la electrificación no es solo una mejora técnica: es una decisión estratégica para convertir potencial en progreso sostenible y concreto.